El amante
Pero mira, lleguemos a un acuerdo.
No me juzgues con tu mirada altiva,
por mi parte, retiro la ofensiva.
Si bien sabes, que con quererte pierdo.
Y aunque tu desdén sea un puñal que muerdo
no serás de mi pesar la cautiva,
resigno mi amor a tu negativa
que de sobra tengo con tu recuerdo.
Marcharte airosa, pero sin rencores
con ese, que llamarás tu marido.
No me culpes con tus falsos pudores.
¿acaso no ves, que estoy abatido?
Aleja tus ojos inquisidores
que en vano, atormentarás el olvido.
María
veamos, veamos: un soneto no sólo es cuestión de ajustar sílabas, rimas y acentos. Con eso andamos bien pero: 1) quiero más de esos hallazgos "tu desdén sea un pùñal que muerdo" 2) por los "más menos uno" se te llenó de polillas (artículos y monosílabos en general) que te permitieron cumplir con lo pactado pero dejaron escapar a la poesía -vaya rimadito,ja ja- hacia otro lado 3) es ÉSE y no ese.
ResponderEliminarbesos